Todos pasamos alguna vez por alguna situación difícil, es
parte natural de la vida, y yo creo que son esas cositas las que le dan ese
sabor picante que tanto nos gusta a los mexicanos, por ejemplo. Es bien sabido
que los tacos más sabrosos pueden quedar geniales con una buena salsa, e
incluso una salsa mala, puede echar a perder un buen taco. En las buenas taquerías
te ponen diferentes salsas, unas picantes, unas sin picante y otras con
verduras diferentes, y cada salsa le aporta un toque especial y diferente a
nuestro taco.
Hay salsas que nos pican mucho y preferimos no terminar ese
platillo por el picor, o le echamos otra salsa que la contrarreste. Con los
problemas es lo mismo, hay situaciones que son picantes como una salsa de
habanero en la que si se te pasa la mano puedes ponerle una rica salsa verde de
puro tomate que podría representar la suavidad con la que abordas ese problema,
el optimismo, los amigos, la familia o los grupos de apoyo con los que cuentes,
pero no sé si te ha pasado que aunque andes un poco enchilado por un rato, ese
saborcito picante le da un mejor sabor a tu taco. Por otro lado, el elegir no
acabarte el taco puede equipararse a consumir alguna droga como el sexo, el
alcohol, el trabajo o alguna otra, que te alejan un momento de la realidad,
pero lo cierto es que ese taco, con sabor picante, seguirá existiendo, e
incluso puede sumarse a la larga lista de cosas que has dejado a medias porque tenían
un sabor muy picante, mismas que te dan más “razones” por las cuales seguir
adormeciendo tu mente.
Elijo el taco como una analogía de la vida porque es algo
muy presente en la cultura mexicana, pero bien podría ser cualquier platillo,
como una pasta, una sopa o quizá un buen filete. Es la suma de los ingredientes
lo que hace que el plato tome un sabor diferente, y es labor del cocinero saber
elegir los ingredientes para que tenga un buen sabor. Aunque lo típico en temas
de desarrollo humano sea escuchar que tu vida es una obra de arte y que como
artista escoges los elementos que aportarán algo importante a tu pieza de ese
dia, el significado es lo mismo ¿a qué te sabe tu vida cuando tienes un
problema? Y si fuera una obra de arte, ¿de qué tipo seria? El sabor cuando la
vida tiene algún problema es acido, picante, amargo, y si fuera obra de arte quizá
sería de estilo gótico o como un collage en tonos grises.
No es el vaso el que está vacío, es tu perspectiva del mismo
vaso que está lleno de aire. El cómo enfrentas un problema es lo que te da ese
valor como persona espiritual, creyente o simplemente, de calidad humana. Así
como la salsa que le da un toque especial al taco o a una pasta, asi el
problema que enfrentes y sobre todo, el cómo lo enfrentes, es lo que le dará el
valor y el sentido a tu vida. ¡Y claro que se vale mentar madres y enojarte! Pero
no te enganches a esa emoción, sobre todo si sabes que eso no tiene ningún
efecto en la solución de tu problema, por el contrario, puedes preguntarte ¿Qué
necesito aprender de ésta situación difícil que estoy viviendo ahora? O preguntarte ¿Qué me he resistido a ver o
aprender que ahora se manifiesta a través de ésta enfermedad o problema que estoy
viviendo?
Tus problemas pueden ser tus mejores aliados y tus más
grandes maestros, o tus peores enemigos, según como elijas verlos, y lo ilustro
con ésta frase de George Bulwer-Lytton, “es difícil decir quien nos hace en la
vida más daño, si nuestros enemigos con su peor intención o nuestros amigos con
la mejor”. Ahora refuerzo ésta misma idea con la situación que vivió el doctor
Viktor Frankl, un psiquiatra judío que vivió tormentosos días en campos de concentración
en la época nazi, quien al final de esos días pudo encontrar un propósito
diferente que uso para ayudar a más personas a salir de las vicisitudes o
cataclismos que cada uno enfrenta dia a dia, y cuya experiencia de vida se
encuentra recopilada en su libro El Hombre en busca del Sentido y en la Logoterapia,
forma terapéutica que consiste en encontrar un nuevo propósito en la vida ante
un acontecimiento muy difícil.
En mi caso, mis amados Ángeles me han enseñado que cada cosa
en nuestras vidas cumple un propósito en ella, para nuestro bien y el de todo
el Universo. Que lo mismo puedes enfrentar ese problema mentando madres todo el
tiempo (contribuyendo a la gastritis, las piedras en el riñón, las enfermedades
del hígado o al cáncer que puedas tener ya o que estés desarrollando) o tomando
responsabilidad de él, aceptándolo como un buen aliado, escuchando su mensaje y
ocupándote de resolverlo sin tanto alboroto. Claro que hay cosas en las que
puedes resolverlas solo, pero también habrá otras que quizá necesites pedir
ayuda… ¡y para eso estamos aquí tus angelitos y yo! Dios es tan bueno con
nosotros que si tu problema es muy fuerte, tienes un ejército en el cielo
dispuesto a ayudarte en la batalla, y un ejército de profesionales en la salud,
la mente, la espiritualidad e infinidad de temas más, que también estamos
dispuestos a ayudarte a resolver tu problema, asi que, no tengas miedo en pedir
ayuda.
Te deseo paz más allá de todo entendimiento.
Alex Estrada
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