miércoles, 12 de diciembre de 2018

Cómo cambiar mi vida



3 claves prácticas para cambiar mi calidad de vida.

Hay momentos en la vida en los que cambiar es algo sumamente importante, ya sea porque pasamos de una etapa a otra o porque ya no nos identificamos tanto con algunas cosas, como los amigos, algunos pensamientos o algunas actitudes. Muchas veces la necesidad del cambio te hará pasar por temor, negación o enojo; a veces por la propia necesidad del cambio y otras más por no saber cómo poderlo hacer, de cualquier manera, es importante que seas amable y honesto contigo mismo, permitiéndote hacer este cambio a tu ritmo e iniciando con cosas sencillas que no supongan un cambio drástico en tu rutina diaria pero que si aporten mucho más valor a tu calidad de vida.

La vida misma está llena de épocas de cambio, tomemos como ejemplo las diferentes etapas de nuestro crecimiento: nacimiento, infancia, adolescencia, adultez, madurez, vejez y muerte, en todas ellas el ser humano es el mismo, pero el cuerpo y la mente pasan por un proceso de cambio que le permiten adaptarse a las nuevas necesidades que se tiene. Tu conciencia de adulto no es la misma que la que tenías cuando eras niño, y dista mucho de la que tenías cuando naciste. Hay una teoría científica sobre la evolución de las especies que seguro has de haber oído alguna vez. En ella se explica que las diferentes especies de vida que hoy pueblan nuestro planeta surgen a partir de organismos muy pequeños que ante un cambio atmosférico o una nueva inspiración en ellos, surge la necesidad de modificar conductas o apariencias físicas. Así pues, tenemos organismos vivos que tienen tal capacidad de cambio que pueden resistir calor infernal, fríos extremos, radiaciones mortales o largos periodos de sequía o hambruna; de la misma manera vemos seres vivos con tamaños, fuerzas, cerebros y apariencias tan distintas entre sí, pero tan adecuadas para cada uno que pareciera que siempre ha sido así. ¿Has notado cuan diferente es un adulto de 80 años tomando un celular básico, a comparación con un niño de 12 que maneja a la perfección aparatos tecnológicos que pareciera que son una extensión de sí mismo?

Cuando somos niños, pensamos como niños, actuamos como niños; pero al llegar a ser adultos esos mismos pensamientos que antes nos resultaban tan útiles ahora no nos sirven de mucho. Se llega un punto en nuestra vida en la que sentimos que las personas con las que antes nos sentíamos tan bien saliendo a fiestas, por ejemplo, hoy sentimos que no son lo que necesitamos, ya sea porque nos hacen sentir de una manera diferente, porque descubrirnos que no suman a nuestra vida, o porque queremos algo diferente a lo que esa persona o entorno pudiera proporcionarnos. Está bien sentirlo, y creo que hasta podría ser saludable pues “nada es para siempre”. No creo que Coca-Cola tuviera el éxito que ahora tiene si hubiera sido el mismo jarabe para la tos del cual surgió la receta, o imagina el mundo en la actualidad si hubiéramos seguido con las costumbres de la edad media.

Si bien es cierto que a veces el proceso de adaptación es difícil y supone mucho esfuerzo y tiempo, siempre es necesario hacer un alto en nuestras vidas y evaluar que podríamos mejorar y que podríamos mantener o eliminar de nuestra vida. Cuando vamos a cambiar de año, para algunas personas es una época feliz porque puedes convivir con la gente que amas, tienes la oportunidad de agradecer por lo bueno de este año o porque te entusiasme ver las sorpresas que el siguiente año te traiga. Pero para otras muchas personas, es una época de transición que puede resultar difícil de asimilar porque, quizá perdieron el trabajo, algún familiar se fue, quizá no se siente preparado para iniciar otro año o teme lo que pudiera traerle el siguiente. Nuestros días van cargados de emociones, y una misma situación puede suponer dos puntos de vista tan distintos y distantes pero a la vez tan válidos como respetables. No todos tomamos el cambio de la misma manera e incluso te podría decir que no todos los procesos son iguales, aunque pueden tener ciertas cosas en común.

Un amigo me preguntó un día, después de tiempo de no vernos, cómo podría hacer para cambiar su vida. A él le gusta mucho verse bien, comprar ropa de marca, cosas exclusivas y amaba las compras. Y también le gustaban mucho los excesos, como el sexo y el alcohol hasta que llegó sentir que solo lo usaban como un cajero bancario, que solo lo buscaban para tener relaciones sexuales casuales y que no lo tomaban en serio. Me dijo que no creía mucho en temas espirituales pero que quería encontrar una forma para no sentirse como se sentía. Le hable de James Allen, Dale Carnegie, Joe Vitale, Joe Dispenza, Luis Hay y Walt Disney, quienes sostenían que el poder de tus pensamientos es muy importante para obtener la vida que desees. Personas de campos tan distantes como las finanzas, la física cuántica y la metafísica que tuvieron grandes logros en su vida a partir de decidir cambiar el enfoque de sus pensamientos. Joe Vitale paso de ser un sin techo en Texas a ser nombrado como uno de los mejores gurús del mercadeo en internet, entre otras cosas, con modificar sus creencias. Disney vivió lo mismo en una época donde la animación era muy competida y requería muchos cambios e innovaciones. Louis Hay venció al cáncer a base de cambiar el enfoque de sus pensamientos, para después ayudar a otros a hacer lo mismo y cambiar por completo sus vidas. Dale Carnegie y James Allen promovieron el cambio de pensamientos limitantes a pensamientos positivos y abundantes para mejorar la calidad de vida y las finanzas de miles de personas alrededor del mundo, no solo en su época, sino aún hasta nuestros días.

En la plática, mi amigo concordó en la necesidad de cambiar de pensamientos para mejorar su calidad de vida, pero noté un poco de frustración al no saber cómo podría hacer eso acoplándolo a su vida diaria. Él es muy analítico, lógico y a veces muy práctico, así que le conté que mi vida había cambiado bastante cuando decidí incluir una actividad muy sencilla, y que además había hecho grandes cambios en la vida de mucha gente a la que no conocía pero que me escribían todos los días para agradecer que les haya aportado un momento de paz en su día (la misma paz que yo necesitaba). Le hice la siguiente pregunta: ¿Qué podrías decirme que fue lo más grandioso que te sucedió el día de hoy? Espere su respuesta y le dije “amigo, ahí lo tienes. Ese es el milagro más grande que te sucedió hoy ¿Cómo puedes potenciar su energía llevarla al día siguiente?”… la clave es agradecer. La gratitud es un sentimiento que tiene una energía tan poderosa que es capaz de crear milagros en tu vida. Resumiré la cantidad de libros que leí al respecto y  de mi experiencia te diré que en el momento en el que empecé a tomarme en serio eso de agradecer, una gran paz se apoderó de mí ser y comenzaron a suceder muchas cosas geniales en mi vida, tanto cosas materiales como cosas espirituales, y tengo la firme creencia de que por muy mal que haya sido tu día, siempre hay algo bueno que reconocer, agradecer y magnificar. A veces son cosas tan grandiosas que cuesta trabajo no sentirse agradecidos, y otras nos cuesta mucho trabajo encontrar algo por lo cual sentirse legítimamente agradecido, sin embargo, presta atención a cosas que das por hecho, como el que tienes un techo bajo el cual dormiste, que hoy pudiste comer algo, que aún hay suficiente aire en la atmósfera como para que todos podamos seguir vivos, o por esa sonrisa que te dedico tu hijo al llegar a casa.

Mi amigo se quedó pensativo un buen rato, como si estuviera buscando la forma de aplicar todo lo que le decía, de forma práctica en su vida. Recordé que a él le gusta mucho el café, así que le dije que podía iniciar por ello, agradeciendo el café que tiene en las mañanas y tomándose el tiempo para disfrutar por completo de su sabor, en vez de apresurarse por bebérselo todo. Le dije que muchas personas son adictas al café por la histamina que produce, que se acostumbran a despertar con estrés, vivir con estrés y generar cada vez más estrés en su vida… pero que si él amaba su café y al tenerlo servido le decía a su café cuanto lo amaba y cuando agradecido está por tenerlo y beberlo, entonces su café mágicamente cambiaría su sabor, como si le estuviera diciendo que el lo amaba también. Así es, al final lo único que todos necesitamos es que nos amen, que nos digan lo bien que le hacemos al mundo, lo valiosos que somos para otros, cuan agradecidos estamos por compartir nuestro tiempo con los demás.

Tres cosas prácticas le sugerí que a mí me han ayudado bastante a cambiar mi vida: cambiar mis pensamientos para crear la vida que quiero, agradecer lo más que pueda y amar lo más que pueda a todo y a todos. Poco a poco puedes irlas incluyendo en tu día a día hasta que obtengas la paz que requieres, la claridad que necesitas y hasta que vivas la vida de tus sueños. Descubrí, al paso del tiempo que lo he practicado y estudiado que es la energía que le pongas a lo que hagas lo que determina si el resultado es positivo o negativo, así que puedes iniciar con hacer las actividades que haces habitualmente pero ahora incluyendo en ellas un pensamiento positivo, una energía de amor y expresando tu gratitud. Y bueno, no está demás dar lo mejor de ti mismo mientras lo haces, sin juzgarte ni culparte pues se trata de cambiar tus pensamientos, amar y agradecer todo, incluyendo tu vida y a ti mismo, así que se amable contigo. Estoy seguro que podrás hacerlo, y que sabrás a quien más le puede servir está información, así que compártela con quién creas que le será útil.

Te deseo lo mejor de la vida.
Alex Estrada

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